lunes, diciembre 21, 2009

Pearl Jam – Backspacer (2009)

A no confundirse, a pesar del título los Pearl Jam no retroceden, sólo están tomando impulso. Backspacer es su disco más directo. Aún más directo que Ten (1991), sin que eso signifique mejor ni más auténtico. Pero, además, es su primer lanzamiento independiente y supone la vuelta de Brendran O´Brien como productor, función que no ocupaba desde Yield (1998).

La tendencia iniciada con el epónimo Pearl Jam (2006) en el que retomaron su vena más roquera, se reafirma y toma consistencia en este verdadero Tour de force exudante de energía y espontaneidad. Si el legado de The Who siempre fue una referencia, aquí es más evidente que nunca pero ya no desde la obviedad del riff crispante sino a partir de su resignificación saludable como influencia genuina. Hay un prólogo sin respiros con guitarras que sacan chispas y vértigo vocal hasta que justamente llega “Just Breathe” una probable secuela de Into the Wild, la excursión solista de Vedder para el film de Sean Penn, puro rescate emotivo en forma de canción de fogón. “Amongst The Waves” sirve de puente para una segunda mitad algo menos efusiva aunque tan fértil y elocuente como la primera, donde destaca “Unthought Known” como clásico inmediato, pero cada canción es un punto alto.

Los Pearl Jam han venido dando pelea desde siempre. Lucharon por obtener reconocimiento, lidiaron ante las contradicciones propias de la popularidad, se embarcaron en una cruzada contra Ticketmaster (la madre de todas las batallas), etc. De algunas riñas salieron fortalecidos, de otras no tanto, pero de lo que no cabe duda es de su perseverante actitud para defender una concepción artística que excede las modas y no se detiene frente la adversidad. Y así como engaña el nombre del disco, el desenlace anunciado por “The End”, estratégicamente ubicada como última canción, tampoco es de fiar: “…el final está cerca, estoy aquí… pero no por mucho tiempo…”
JORGE CAÑADA



GREEN DAY – 21ST CENTURY BREAKDOWN (2009)
Si el exitoso Dookie (1994) tuvo su continuación con el Insomniac (1995), pues, no sorprende que los Green Day repitan la fórmula del multiplatino American Idiot (2004) para su esperadísimo octavo álbum. Así que estamos ante otra ópera rock rebosante de punk, power pop y algunas baladitas con piano y guitarras acústicas.

Esta vez, el concepto gravita sobre dos jóvenes enamorados –Christian y Gloria- y la forma en cómo viven su relación (“Last Night on Earth”) en esta primera década del nuevo milenio, no siendo ajenos a externas fuerzas perturbadoras como la religión (“East Jesus Nowhere”), el gobierno (“21 Guns”) o el caos de la ciudad (“Murder city”). Él es descreído y renegado (“21st Century Breakdonwn”: mi nombre es “nadie”, el gran hijo perdido, nacido el 4 de julio en la era de los héroes y los contras, que me dejaron para morir o vivir). Ella tiene fe y es perseverante (“Last of the American Girls”). Al final se darán cuenta que solo necesitan de una “luz” para no perder el rumbo, y un motivo para seguir luchando, llámese viviendo. Este incombustible trío californiano ha sabido encontrar melodías válidas para este buen álbum. Abundan momentos de gran placer melódico como en las épicas “21 Guns” y “21st century...” o las calmadas “Last Night on Earth” o “Viva la Gloria”, que llaman la atención desde la primera escucha. Aquí, lo que les juega en contra son los laberintos en los que cae esta historia - en algunas canciones no está bien definido el protagonismo de los personajes-, abundan las buenas ideas pero no las conexiones, hay mucho hilo y por momentos el costurero pierde la aguja. Está bien que los Green Day ya sean una banda respetada, pero, cuidado con tomárselo demasiado en serio.
HENRY FLORES

sábado, diciembre 05, 2009

"Dance me to the end of love"-Leonard Cohen live in London (2008)

"Suzanne"-Leonard Cohen live at Isle of Wight (1970)
Disfrútenlo

lunes, noviembre 02, 2009

LA HORA AZUL (2006)
AUTOR: ALONSO CUETO (PERÚ)

Interesantísima novela. El Dr. Ormache, luego de la muerte de su madre, descubre que su padre, un oficial de la Marina, fue un hombre cruel y sanguinario luchando contra el terrorismo en Huanta (Ayacucho), además, secuestró, ultrajó y amó a una muchacha (Miriam) quien logró escapar milagrosamente de sus garras y la de sus soldados. La búsqueda por encontrar a Miriam y saber más del pasado de su padre es también la búsqueda de sí mismo, ¿qué clase de persona fue aquella figura distante que él llamo “padre”?, ¿de qué manera se refleja en él o son parecidos? Todo un reto existencialista para un exitoso abogado. Hasta ahora lo había tenido todo, sin preocupaciones, y de pronto, descubre la existencia de gente que ha sufrido mucho, sobre todo violencia, muerte y pobreza.

Alonso Cueto nos entrega una novela de trama muy rica, cuyo interés no decae ni por un segundo, con intrigas, cuestionamientos, especulaciones y un final digno de la historia contada. Estamos ante una de las mejores novelas que aborda la violencia terrorista que vivió el Perú en los años ochentas e inicio de la década siguiente. Esta obra deja en evidencia lo poca logradas que fueron “Radio Ciudad Perdida” (Daniel Alarcón) y “Oreja de Perro” (Iván Thays). Todavía hay mucho que aprender de los maestros.
HENRY FLORES

martes, setiembre 15, 2009

EL LIBRO
La iluminación de Katzuo Nakamatzu (2008)
Autor: Augusto Higa Oshiro (Perú)

Katzuo Nakamatzu es un profesor universitario acosado por voces internas. Estas, poco a poco, lo van llevando a la locura, al descenso social, sicológico y corporal. La muerte se muestra atractiva. El suicidio es una buena opción para acabar con tanta degradación, pero no la toma, pues este infierno no solo lo tortura, también es su placer. Su acercamiento a las putas, homosexuales y niños de la calle es para seguir embarrándose más y más, tocar fondo, llegar a lo más bajo de la condición humana, cuando la razón se ha perdido y la locura nos hace semejante a los animales. Este viaje hacia la autodestrucción rinde un fruto inesperado: la iluminación a través de la revelación de la verdadera belleza en el aspecto de un adolescente. Katzuo se postra ante él, rompe en llanto, comprende todo, encuentra lo que no sabía que buscaba: esa belleza pérdida con los años, aquella crispación vital que destroza la apatía que siempre tuvo.

Augusto Higa ha construido una novela breve pero poderosa en su lenguaje, intensa, contemplativa, muy sicológica. Los paisajes limeños son descritos con tal maestría que pareciera que tuvieran sentimientos: paisajes tan tristes, a veces patéticos, como si Lima fuera gris todo el año. Katzuo es un personaje extraño, desconcertante, pero muy, muy entrañable. Un personaje que por su forma de ser, pensar y vivir, se ha ganado un sitio en el podio de los grandes protagonistas de la novela peruana.
HENRY FLORES

jueves, setiembre 03, 2009


PEARL JAM - TEN REISUSSE (2009)

DIEZ VECES DIEZ

Dieciocho años después de ver la luz por primera vez, TEN -la ópera prima de Pearl Jam- vuelve a ser noticia gracias a su reedición conmemorativa en distintos formatos: remaster, remezcla, bonus, vinilo, dvd, cassette, etc.

Decanos de la generación que reinstaló a Seattle en el mundo, Pearl Jam fue el único de los Cuatro Jinetes del Grunge (Pearl Jam - Alice in Chains – Soundgarden – Nirvana) que logró sortear la muerte prematura y el hastío. Es que siempre hubo en ellos un fuerte instinto de supervivencia (“…Hey I, oh, I'm still alive…”) que los apartó de ciertos tópicos del Grunge, un movimiento con marcada tendencia al fatalismo testimonial.

Seattle dio bandas y discos memorables pero el balance indica que fue TEN, con su impulso a la carrera de Pearl Jam, el encargado de evitar que todo quedara sepultado en los noventa. Es cierto que Mudhoney y unos resucitados Alice in Chains todavía dan pelea aunque en buena medida traccionados por la estela trazada por Vedder y su gente.

Mucho se ha dicho acerca del inconformismo de los integrantes de la banda con la performance de la dupla Parashar-Palmer, encargada de la producción y mezcla original. Tan es así que la banda adelantó dos años el vigésimo aniversario del disco para dar a conocer el resultado del ejercicio de remezcla encargado a su gurú musical Brendan O´Brien.
El experimento intenta arrimar el sonido de TEN al del resto de la discografía del grupo, del cual O´Brien ha sido gran responsable. Una tarea tan válida como innecesaria. Menos reverb tanto en el tratamiento de la voz de Vedder como en las guitarras de Gossard y McCready y mayor volumen en el bajo de Ament crean una sensación similar a la de estar escuchando una regrabación del disco en manos de los Pearl Jam circa 2009. Sólo faltó sentar a Cameron frente a los parches para suplir las sesiones de Krusen.

El gusto lo encontramos en los bonus, entre los que hay que destacar la versión de “Broher”, cuya variante instrumental saboreamos en Lost Dogs (2003) y que aquí se potencia con la voz de Eddie. “Just a Girl” portadora de esa tensión tan propia del típico pulso de la banda y una guitarra solista embrujada que recuerda cada surco de su historia. Allí están las míticas colaboraciones para la OST del filme Singles (1992): “Breath And A Scream” -develando qué tan humeantes estaban por entonces las cenizas de Mother Love Bone- y “State Of Love And Trust”, un clásico instantáneo.

Este lanzamiento es una justa celebración y una buena excusa para el afán de los coleccionistas, pero, difícilmente cambie la historia. Por derecho propio y sin necesidad de aditamentos, TEN forma parte del selecto grupo de álbumes seminales del Grunge gracias a una potente fórmula que combina un rock devoto de Hendrix, Led Zeppelin y The Who, con letras que ahondan en los colores más intensos de la paleta de los dramas humanos. El resultado es bueno porque el material no da margen a error alguno, pero que quede claro: TEN hay uno solo y data de 1991.
JORGE CAÑADA

Escuchen la fabulosa remezcla de "Porch":

lunes, agosto 10, 2009

40 AÑOS DEL ABBEY ROAD
EL FIN DEL SUEÑO DORADO
En septiembre de 1969 The Beatles publicaron Abbey Road, su última grabación como cuarteto, o mejor dicho, como suma sinérgica de cuatro geniales individualidades (a estas alturas, ¿alguien cree seriamente que el lugar de Ringo pudo haber sido ocupado por otro baterista?). Se trata de un testamento inalterable que ni siquiera se vio empañado por el triste final que la banda formalizaría medio año más tarde al son de Let it Be (1970), otra obra valiosa pero forzada a nacer a destiempo y condenada al desamor intrínseco, a todo divorcio.

El link con Sgt. Pepper...(1967) es casi inevitable, la sensación de continuidad entre tracks, especialmente en la segunda mitad, los emparenta más por afinidad que por identidad conceptual. Como The Beatles (1966), Abbey Road se parece más a un anticipo del futuro solista que a una reafirmación del concepto de banda. John depura la estirpe de su obra con “Come Together”, arranque contagioso como pocos. Entre efectos de sintetizador moog y el aquelarre de guitarras que precede su abrupto final, "I Want You (She's So Heavy)" es fruto del último encuentro de los cuatro Beatles en mismo estudio. Fue el 20 de agosto de ese año, justo un mes después de la llegada del hombre a la luna y uno antes de que John anticipara a sus compañeros su salida del grupo. “Something” y “Here Comes The Sun” marcan el inicio de una etapa de enorme lucidez creativa para George, ratificada un año más tarde con su disco solista más celebrado: All Things Must Pass (1970). Como siempre, Ringo parece ser el más distendido y el desparpajo de “Octopus’s Garden” lo confirma.

Musicalmente inspirada en la sonata “Claro de luna” de Beethoven, “Because” es una clase magistral de armonía que divide aguas. A partir de allí, en quince minutos construyen un medley plagado de melodías realzadas por su sencillez y donde Paul despliega su talento en dosis justas e inapelables: “You Never Give Me Your Money" y “Golden Slumbers” son dos muestras cabales.
El título, justo homenaje al estudio que los vio crecer como banda, no pudo haber sido más oportuno, Abbey Road exhibe mejor que ninguno de sus discos la enorme potencialidad que la banda (y George Martin!!) podía desarrollar en el estudio de grabación. La emblemática portada los muestra juntos y sin montajes por primera vez desde Rubber Soul, aunque dándose la espalda y en una suerte de marcha que deja atrás y para siempre una historia única e irrepetible. La última línea de “The End” lo dice todo: “...Y al final, el amor que recibes es igual al amor que das”.
JORGE CAÑADA



lunes, julio 27, 2009

NEIL YOUNG
FORK IN THE ROAD

Neil Young ha vuelto a la ruta, y no se trata de una frase hecha. Durante el pasado mes de enero el músico recorrió USA con un Lincoln Continental de 1959 adaptado especialmente para eliminar el consumo de derivados del petróleo. Ese viaje inspiró un puñado de nuevas canciones que junto a otras que ya había estrenado en vivo (“Just Singing a Song”) redondean un compacto set predominantemente eléctrico.

Fork in the Road corría el riesgo de convertirse en un previsible alegato ecologista más, sin embargo, Neil logra captar la atención a fuerza de actitud roquera y sus ya clásicas guitarras distorsionadas. El canadiense habla de renovar los antiguos motores para no dañar más al planeta y del placer de conducir por las largas carreteras americanas, pero el concepto no logra encasillarlo y da cuenta de los temas que siempre lo han obsesionado. Por eso aunque ahora G. W. Bush descanse en su rancho de Texas, le dedica unos versos en la canción “Fork in the Road”: “...este año se olvidaron de saludar a las tropas/ Todos ellos están ahí todavía/en una jodida guerra/ es inútil, ¿de quién fue la idea?...”

El trajinar cansino pero decidido con que abren el camino las guitarras en “When Worlds Collide”, la adicción instantánea que genera “Fuel Line”, la familiaridad con que “Just singing a song” nos transporta a un terreno más clásico y la candidez de “Light a Candle”, son argumentos irrefutables a favor, aún frente a la anemia lírica de la que padecen piezas como “Cough Up The Bucks”. Si la referencia obligada y parámetro absoluto cuando N.Young adopta su faceta eléctrica es Ragged Glory, el disco que en 1990 lo devolvió a su mejor forma luego de los erráticos ochentas y que terminó convirtiéndose en la inesperada antesala del grunge, podría decirse que Fork in the Road no brilla pero tampoco desentona. Lejos de las comparaciones que buscan trazar un paralelo con Reactor (1980), uno de los pocos discos deslucidos en su prolífica carrera, este nuevo trabajo mantiene el listón alto dando digna continuidad a la saga que conforman Living with War (2006) y Chrome Dreams II (2008). Y si alguna duda queda sobre la vigencia del viejo Neil basta con hacerse de la edición que incluye un DVD para conmoverse con su devastadora versión en directo de ”A day in the life”, de The Beatles.

JORGE CAÑADA

miércoles, julio 15, 2009

Libro: CONFESIONES DE TAMARA FIOL
Autor: Miguel Gutiérrez (Perú)

Tamara Fiol es una activa mujer que en su juventud perteneció al Partido Comunista Peruano. Aguerrida, luchadora y muy comprometida con sus ideales, tendrá que renunciar a toda actividad política al verse sometida eróticamente por Raúl Arancibia, hombre sin escrúpulos y aberrante que sabe dominarla con el poder de su falo. La vida de Tamara es presentada a través de varias entrevistas que le hace el periodista Morgan, un corresponsal de guerra fascinado con la leyenda de esta señora inválida.

Miguel Gutiérrez no se conforma con presentarnos a esta mítica dama y sus aventuras, también aprovecha para darnos algunas clases sobre la vida civil y política del Perú de comienzos del siglo XX, y el de los noventas (cuando el país se encontraba en llamas por culpa de los terroristas), aunque a veces abusa demasiado de los términos relacionados con el rollo comunista-socialista-marxista, haciéndola poco asequible para el lector promedio. Si le quitamos a esta novela dicho ropaje ideológico, queda una rica historia de pasión, amor, venganza, remordimientos, indignación e ilusiones rotas.
Henry Flores

viernes, julio 03, 2009

PELO MADUEÑO

NO TE SALVES

Pelo Madueño es uno de los pocos artistas locales que ha sabido pasearse como en su casa por el rock subterráneo (Narcosis), comercial (con Micky González) y en medio (La Liga del sueño). Su primer disco solista, Ciudad Naufragio (2004), lo mostró desde España como un músico aún perseverante y decidido a retomar su carrera, incluyendo una ayudadita de Joaquín Sabina. Cuatro años después y con la misma terquedad y envidiable talento, se hace presente con uno de los mejores discos nacionales de esta década que nos abandona.

Madueño no tendrá una voz que le agrade a todos, pero musicalmente está por encima de muchos artistas latinos. Por ejemplo: “Romántico y Ninfómana” exuda exquisitos arreglos de cuerdas, mientras un teclado palpitante cobija con regocijo a un hervidero de riffs, y “Es hora” tiene un final de guitarra sacado de los mejores momentos de Dire Straits.

No te salves no sólo es rock y pop, también es poesía, Madueño no solo la lee, también la escribe y la musicaliza. En “Luna de Miel” se luce con todo: “Alarma y fraude, oferta para un ritual, ramas para el nido, predecible final…Amor de papel, origami y alquitrán, escóndete, miente otra vez, felicidad”. Estamos ante un álbum poco común en nuestro medio, que sabe combinar lo “que aceptan las radios peruanas” con la fuerte personalidad de su autor. Ojalá no demore mucho el tercer disco.
HENRY FLORES


jueves, junio 25, 2009

MICHAEL JACKSON
(1958-2009)
Hoy falleció el superexitoso y talentosísimo Michael Jackson, el rey del pop para muchos.
Desde este blog le rendimos homenaje a este grande de la música.


miércoles, junio 24, 2009

GHENDT: DE VOYEURISMOS Y MIRADAS OBSCENAS

Escribe: Rogelio Llanos Q.


- I -


Caminando por Corrientes encontré en una librería un libro cuyo título llamó poderosamente mi atención: El Orgasmo y Occidente (1), cuyo autor Robert Muchembled es un doctor en Historia y especialista en Historia Moderna. No voy a comentar el libro o resumirlo como en el pasado hice con La Vida Sexual en la Antigua China (2). Baste por ahora decir que el libro es un amplio y detallado recorrido de quinientos años de historia del placer carnal y a lo largo del cual encontramos de manera alternada períodos de intensa represión con aquellos otros de gran relajamiento de las costumbres sexuales.

Lo que motiva mi deseo de escribir este pequeño texto es el descubrimiento de un nombre y unos cuadros. Se trata de Emanuel Jean Nepomucène de Ghendt (1738-1815), que en pleno siglo XVIII, escandalizó a la sociedad de entonces con sus cuadros cuyos títulos aludían al paso de las horas. Precisamente, el título de la serie se denominó Les Heures du Jour, y cada uno de los cuadros, Le Matin (la Mañana), Le Midi (el Medidodía), Le Soir (La Tarde) y La Nuit (la Noche).
En pleno siglo XVIII, algunos nombres como los de François Boucher (1703-1770), Jean-Antoine Watteau (1684-1721) y Honoré Fragonard (1732-1806), dominaban el escenario europeo en el ámbito de la pintura. Eran los tiempos en los que había una gran atracción por los paisajes bucólicos y por el predominio de “lo lúdico sobre lo serio, lo femenino sobre lo masculino, lo decorativo sobre lo sustancial y lo privado sobre lo público”, según un texto de David T. Gies (Universidad de Virginia) (3). El del siglo XVIII era pues un “mundo de elegancia, intimidad, gracia, juego, sentimiento, encanto” (4). Es decir, un mundo dotado de todos aquellos deliciosos componentes del erotismo, que en palabras de Gies, finalmente llegó a estallar hacia finales del siglo.

Si el siglo XVII había sido el del descubrimiento del cuerpo humano, el siglo XVIII fue el de la auscultación de sus posibilidades sensoriales. “Después de Harvey, Locke, Bacon, Newton y demás, el hombre se contempla dentro de una naturaleza observable” (5). Esta fiesta del descubrimiento, de la revelación, fue un poderoso motor para que muchos artistas volvieran la mirada al cuerpo humano y lo plasmaran en sus escritos, en sus pinturas, en suma, en su arte. Pero esa vocación por la recreación de las formas humanas también llevó a la plasmación en letras e imágenes de aquellas actividades, gestos y acciones íntimas que, por un lado, revelaban ese lado oculto y misterioso que poseen los seres humanos, y por otro, ponían al descubierto la hipocresía y moralismos de ciertas clases sociales o grupos humanos dominantes que, no vacilaron, en su momento con reprimir aquellas manifestaciones que se desviaban de lo entendido o establecido como normalidad. El libro El Orgasmo y Occidente refiere con gran minuciosidad los flujos y reflujos de esas ondas represoras o liberales.

- II -

Los cuadros de Ghendt fueron en su momento motivo de escándalo y, claro está, formaron parte de lo que en esa época empezó a conocerse como pornografía. Hoy en día tales imágenes forman parte, más bien, de galerías y exposiciones. Pero, claro, bajo la mentalidad existente en el XVIII, un cuadro como Le Matin, que muestra a un hombre escondido mirando impunemente y presa del deseo, el reposo de una joven que exhibe no sólo las piernas (que ya hubiera sido bastante para la época) sino sobre todo los muslos en una posición provocadora, la única respuesta pública posible era el rechazo, aún cuando en el ámbito privado el goce y el placer individual fuera una constante.

Mirando con atención el cuadro, la luz incide de manera osada sobre las piernas de la joven que yace entregada de manera confiada al sueño. Las ropas replegadas sobre su cuerpo sugieren los goces experimentados durante la noche, tal como lo permite prever esas sombras que bañan el cuerpo femenino de la cintura hacia arriba. El voyeur, con el rostro adelantado, sugiere un comportamiento salaz, en claro contraste con la actitud de sorpresa de parte del pequeño personaje que está a su lado.
A diferencia de Le Matin, Le Midi es más sutil. El motivo voyeurista continúa presente, pero ahora está fuera de cuadro. El espectador es ahora el voyeurista. Y Ghendt incide en ello acentuando la luz sobre el cuerpo femenino. Sobre todo el cuerpo femenino. El cuadro es excepcional. Tiene la apariencia de una instantánea fotográfica, en la que el voyeur (el autor del cuadro o el espectador) han sorprendido a la joven, justamente en el momento en que alcanza el clímax. Precisa la expresión de la joven, totalmente poseída por el placer, la pierna izquierda levantada, estirada, con el zapato escapando de su pie. La mano izquierda, bajo la ropa, posada sobre su pubis, Ahhh y el delicioso detalle de la mano izquierda en posición de abandono en dirección del libro motivador, del libro pecaminoso. ¿Se imaginan lo que tal imagen provocó en su época? Sí, en aquella época en donde el placer autoerótico femenino era impensable o prohibido y donde la transgresión de las buenas costumbres tenía el sabor de lo subversivo, de lo diabólico.

Le Soir es una continuación de este motivo voyeurista. No sólo el pintor o el espectador gozan con la visión de lo prohibido. También gozan los personajes involucrados en el cuadro. El espejo les permite reflejar sus propias formas. Y su mirada es la de sorpresa y fascinación. El seno desnudo y todo el perfil izquierdo de la joven tienen una gran carga sensual que es intensificada tanto por la luz como por la mirada de la tercera joven vestida cuyo placer es mirar cómo las dos mujeres desnudas van descubriendo en el espejo los tesoros que sus cuerpos encierran.

Resulta interesante observar también cómo las ropas, las cortinas, las sábanas, los cobertores aparecen desarreglados, movidos, desordenados, con lo cual se crea una sensación de inseguridad, de precariedad y de misterio, cuando no de amenaza. Como si se intentara reflejar con ello, las grandes pasiones que corren en el interior de los seres humanos que habitan el cuadro. En medio de ese universo en turbulencia, la imagen de una joven o de unas jóvenes, a medio vestir o desnudas nos transmiten una singular sensación en la que se entremezclan la serenidad y la sensualidad, la paz y el deseo.

Incluso, La Nuit, siendo como es, un cuadro en el que la oscuridad, las nubes en movimiento, los árboles inclinados, la luna semioculta, connotan agitación y pasiones violentas, el efecto final es más bien de una serenidad que nos conmueve y que nos lleva a la contemplación discreta de esa pareja de amantes que se han dado cita en mitad de la noche, y cuya actitud –entrega total la de ella, deseo de posesión de parte de él- apreciamos con mirada cómplice y gozosa.

El erotismo siempre fue subversivo. ¿Qué motivó a Ghendt a enfrentar a los moralistas, cucufatos e hipócritas de su época? En verdad que no lo sé. No he investigado al respecto. Sin embargo, una serie de cuadros como la de Ghendt es una buena muestra de lo que probablemente esta actividad subterránea dio pábulo en la época: escándalo, represión y persecución. Lo que no nos cabe duda es que una obra como ésta, sin ambiciones, claramente rústica e intencionalmente erótica (pornográfica la habríamos llamado en nuestro siglo), contribuyó de manera decisiva a abrir puertas, mentes y consciencias. Lo que no es poco, realmente.
_________________
Notas
(1) Muchembled, Robert – El Orgasmo en Occidente. 1ra ed. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008. 432 p. Trad. por J. Almela [original Inglés]
(2) Van Gulik, R. H. – La Vida Sexual en la Antigua China. Madrid, Ediciones Siruela, 2000. 608 p. Trad, por R. Blanco [original Inglés]
(3) Gies, David - Más Sobre el Erotisno Rococó en la Poesía Española. Universidad de Virginia. Texto extraído de Internet.
(4) Ibídem
(5) Ibídem

sábado, junio 20, 2009

KINA MALPARTIDA
¡PERÚ CAMPEÓN!
Nuestra campeona (e hincha de Alianza Lima) Kina Malpartida masacró a la retadora brasileña, Halana do Santos, y retuvo el título mundial de boxeo en la categoría superpluma de la AMB.
Solo 7 rounds bastaron para que nuestra Kina dejara en el limbo a su rival y así ganar su primera pelea en defensa de su título mundial.
¡arriba PERÚ!

jueves, junio 18, 2009

PAUL McCARTNEY

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!



El cantautor de música popular más exitoso de todos los tiempos cumple hoy 67 años y tiene cuerda para rato.
Salud y larga vida a Sir Paul!!!!

Los dejo con el video de la canción: "Ever Present Past" del 2007, un delicioso brit pop que muestra el inagotable talento de Macca:


jueves, junio 11, 2009

Rosario Tijeras
Autor: Jorge Franco Ramos (Colombia)
Novela de lenguaje simple que aborda con profundidad tópicos como la violencia y el amor en una ciudad tan convulsionada como Medellín. Rosario es una joven delincuente, de bajo estrato social, que se involucra sentimentalmente con dos muchachos de clase alta. Ella los irá arrastrando poco a poco a su modus vivendi y operandi, al margen de la ley, empachado de drogas, crímenes, sexo. El final: la muerte de Rosario, asesina, drogadicta, prostituta; sus besos ya sabían a muerte desde antes que la mataran. El amor no es suficiente para rescatarla, el amor del último de la fila, el más fiel y el menos trascendente. Una grata sorpresa haber encontrado a un escritor colombiano que me hiciera olvidar por un buen rato a la María del Carmen de Andrés Caicedo.
Henry Flores

martes, junio 02, 2009

ANDRÉS CALAMARO - Obras Incompletas (La”caja”)
En busca del tiempo perdido



¿Cómo abordar esta obra inconmensurable (e Incompleta!) que escapa a todo parámetro conocido hasta ahora para el “Rock en Castellano”? No se trata de un “simple” ejercicio compilatorio de alcances enciclopédicos. La monumentalidad no lo es todo aquí. Que la Caja no tape las Canciones.

El almanaque dirá “1997-2007”, apenas el tiempo transcurrido entre “Alta Suciedad” y “la Lengua Popular”. Si aún sigue en pie aquello de qué veinte años no es nada, habrá que acordar que aquí la mitad de tiempo alcanzó para mucho. Esta no es una Década Perdida. El hecho artístico sigue girando en torno al tándem “Honestidad Brutal – El Salmón”. Vigilia creativa sin precedentes que alumbró de parto natural varios cientos de canciones durante la primera mitad del decenio en cuestión. El resto es la crónica de un “regreso” con gloria.

Es aquella catarsis compositiva lo que subyace en el interior de este box set excediendo el mero acopio de éxitos o la exuberancia sin concepto. Ristras de canciones que por años pendieron de blogs, Webs y otros reductos cibernéticos, decantaron sabiamente para ver la merecida luz del día (vaya paradoja si reparamos en su inescindible esencia noctámbula).

Recurriendo al léxico taurino, tan afín a la dialéctica de Andrés, podríamos separar “La Caja” en tercios. Tres primeros discos que prueban la contundencia de la obra, lo que Calamaro llama “contenidos oficiales” no es más que un incontenible aluvión de piezas que todos hemos oído al menos una vez. Siguen otros tres discos pletóricos de demos, rarezas y covers (deleite de todo fan). La estocada final queda a cargo de las imágenes. Dos DVD’s y un libro donde el propio músico y su entorno comentan, con gratitud y un dejo melancólico, cada una de las 109 canciones. Muy buena Faena, orejas y rabo para el matador.


Puesta en escena del enfrentamiento del hombre con el infinito, La Caja es una suerte de Aleph, el punto que contiene todos los puntos del universo Calamaro. Está el Andrés que con desenfado revisita su etapa de Abuelo recién jubilado gritando a los cuatro vientos que está “loco por ti”, el que se quita las esquirlas de las Guerras Charlystas (“Flaca”), el Rockero inspirado y vertiginoso de “Cuatro Jinetes” (“...uno de los mejores rocks de menos de dos minutos…”, según su propio dictamen), el enigmático y claustrofóbico de “Rivothriller”, el que dispara himnos inmortales (“Paloma”), el que se codea con lo más mentado del flamenco y el cante jondo (“Estadio Azteca” y “La Ranchada de los Paraguayos”), y el porteño nostálgico y redimido (“Nostalgias”, “No tan Buenos Aires” y “Cafetín de Buenos Aires”).

¿Qué vendrá luego de esta suerte de testamento en vida? Por lo pronto su última grabación conocida fue el fruto de una reunión con los músicos de su primera banda: RAÍCES. (Referencia circular o cómo el Salmón se muerde la cola). ¿Simple coincidencia o tautológica señal de regreso a las fuentes?
Jorge Cañada

viernes, mayo 22, 2009


1990s /Kicks
Difícil quitarse de la mente las pegajosas canciones del vibrante debut Cookies (2007), y por lo que escucho de esta segunda entrega, las tonadas primigenias seguirán vigentes. Con esto no quiero decir que Kicks es un disco mediocre o un retroceso en el derrotero de estos chicos de Glasgow. Simplemente, aquí hacen falta canciones urgentes, que tengan prisa por hacerte una trepanación craneana, desenfadadas. Aquí la frescura se ha perdido, las tonadas están con el ánimo dosificado, ¿tan pronto les llegó la “madurez”?

Temas como “Vondelpark” y “I Don’t Know Even What That Is” tienen la marca de su debut, pero ni siquiera la más fiestera, “Giddy Up”, contiene su alto octanaje. “Tell Me When You’re Ready” y “The Box” son intentos serios por expandir sus horizontes con la ayuda de sintetizadores que chispean carisma y con las nuevas distorsiones de sus riffs; lo mismo sucede con “Everybody Please Relax” y sus cambios de tempo bien aprovechados. Melodías validas, atractivas, otras sin ton ni son, que comparten un origen con dolores de parto. Al parecer, la resaca por la interminable juerga del Cookies le pasó factura a este promisorio trío.
HENRY FLORES

lunes, mayo 11, 2009

Chris Cornell
Scream (2009)
Casi todo el mundo opina que Cornell ha hecho el ridículo de su vida al asociarse con el productor pop Timbaland y dejar que todo el mundo meta sus narices (incluido Justin Timbarlake) en la elaboración de esta su tercera placa en solitario: un engendro que rebosa pop, electrónica y R&B. Muchos fans jamás le perdonarán que haya abandonado la guitarra, los gritos y esos acordes furiosos de sus momentos de gloria con Soundgarden y Audioslave, por los sampleos, falsetes, tecladitos y demás pastas (mariconadas según los metaleros). Si nos calmamos, libramos de ciertos prejuicios y encasillamientos y lo escuchamos sin mala leche, descubriremos un álbum al que se le puede calificar como atrevido y arriesgado, con más momentos notables (“Part Of Me”, “Get Up” o la blusera “Two Drink Minimun”), que deplorables (“Ground Zero”, “Never Far Away”) y con canciones agridulces como “Sweet Revenge” que te hacen dudar de tus buenos gustos musicales. Lo que nadie le puede recriminar a Cornell es su valentía al reconocer su agotamiento creativo en las lides del hard rock, visible en su Carry On (2007). Solo el tiempo dirá si esta refrescada en las aguas del pop es la terapia que necesitaba.
HENRY FLORES

domingo, mayo 03, 2009

Oasis en vivo – Lima, Perú (30 de abril de 2009)

CONCIERTO SUPERSÓNICO
La banda que le devolvió la esperanza al rock británico en los noventas, heredera de actos fundacionales como The Beatles y Stone Roses. Una de las que más himnos le dieron a su generación. Oasis, el monstruo británico de dos cabezas, por fin llegó a Lima y en una sola noche devoró a más de cuarenta mil personas en el estadio José Díaz. ¿Cuánto duró aquel festín?, pues poco más de cien minutos. Monstruo tacaño, pero imponente. Ciento cinco minutos de felicidad, tan pocos ante quince años de espera, pero suficiente para llevarnos por el túnel del tiempo hacia aquella década, los irrepetibles noventas, en la que ser adolescente no solo significó estar lleno de frustraciones, sino también, tener vida plena, rozando la inmortalidad.

El intro de “Fuckin’ in The Bushes” sirvió de fondo musical a la aparición de la banda en el escenario. ¡Sí! Ahí estaban los hermanos Gallagher, no en pósters, revistas o videos, sino ¡en vivo y en directo!: Noel con su Epiphone Casino y su clásico peinado mod, Liam de pelo corto, usando abrigo y pandereta en mano, los demás integrantes vestidos con sobriedad. De pronto el grito de la fanaticada se opaca ante la aplanadora “Rock n’ Roll Star”, primer mazazo de la noche y primer tema de su clásico debut “Definitely Maybe” (1994), comienzan los cánticos, los saltos, la alegría hecha cinética y algunos forcejeos con gente que no sabe que la finalidad de estar en primera fila es la de disfrutar al máximo de un concierto, no para estar quietos, para eso mejor que se vayan a la tribuna.

Luego, “Layla”, una canción de estadios por excelencia, compuesto con alevosía para estos menesteres. La gente presa de la euforia. La musculosa “The Shock Of The Lightning” presentó el último trabajo de estudio de estos inoxidables británicos: Dig Out Your Soul (2008), más adelante también desfilaron jovencitas atractivas como “Waiting For The Rapture” y “I’m Outta Time”. La desenfrenada “Cigarettes & Alcohol” nos regresó a la época prístina del grupo, con sus idas y vueltas gracias a “Slide Away” y “Supersonic”. Tantas buenas canciones no lograban aplacar al apetito melómano del público, al unísono pedíamos “Live Forever” (“vivir para siempre”), la negativa de Liam fue contundente y con clase: “You Too” (“ustedes también”). En “The Masterplan”, bella, semi acústica, Noel demostró lo bien que conserva su voz. Noel, el guitarrista, el artesano, el talentoso, el compositor, el músico.

El disco más famoso de la banda y para muchos su obra maestra, (What’s The Story) Morning Glory? (1995), se hizo presente, recordándonos su estatus de hito discográfico. “Morning Glory” con sus riffs incandescentes literalmente nos abrasó. “Wonderwall”, clásico de clásicos, fue robado por el público, a Liam no le quedó otra que unirse a la multitud y cantar con ella. El menor de los Gallagher por momentos evidenció un desgaste en la voz, causado por sus excesos con el alcohol, pero supo usar muy bien sus pulmones en los himnos, notable en la melódica “Champage Supernova”. De vez en cuando se le veía peleándose con el micrófono, sacándole la lengua, tratando de morderlo, cuando sentía que los instrumentos lo opacaban, no hay duda, es un tipo fuera de serie, un front man con personalidad. Liam, la voz nasal, el rostro, la pose, la actitud, la arrogancia, el rockstar.
Oasis no acostumbra a interactuar con su público, parcos como nadie, hace un tiempo alguien los definió como “cinco estacas clavadas en un escenario”. Por eso adquieren inmenso valor momentos como el que protagonizó un Noel emocionado y con sonrisa de oreja a oreja, agradeciendo en castellano luego que todos, y repito, todos, los asistentes lo acompañaran en las estrofas (y en plan karoke en los coros) en la interpretación de la bella “Don’t Look Back in Anger”, ¿lágrimas en nosotros?, pues sí, ¿por qué no?, era nuestro derecho, nuestra felicidad, nuestro pasado vivido en el presente, el chibolo que fuiste ahora camina delante tuyo gracias al soundtrack de tu vida. Liam también nos metió al bolsillo con sus palabras corteses (nada común en él), en ocasiones se dedicó a mirar detenidamente a la multitud y su estadio, tanta emoción y entrega habrá percibido que le oímos frases como: “Son la mejor ciudad en años”, “Son los números uno, nos vemos en cinco” y el éxtasis total cuando al terminar la última canción (“I’m the Walrus”) se bajó del escenario para darle la mano a su hinchada fiel. Sin duda los peruanos les movimos el piso.

Llevo más de una década escuchando a Oasis. Una de sus letras que más recuerdo y que más me ha impactado es: “Please don’t put your life in the hands of a rock n’ roll band” (“Por favor no pongas tu vida en las manos de una banda de rock”). Aquella última noche de abril, luego de haber esperado para entrar al estadio por más de diez horas, con hambre, sed y otras necesidades, luego de haber cantado, saltado, sudado, y demás verbos en “-ado”, salí a toda prisa en busca de una movilidad que me llevara al trabajo, tenía turno de noche. Toda una odisea. Todo por una de mis bandas favoritas. Por primera vez sufrí aquella letra de Noel, y me sentí orgulloso.
HENRY FLORES


SET LIST
Fuckin’ in the Bushes
Rock ‘n’ Roll Star
Lyla
The Shock Of The Lightning
Cigarettes & Alcohol
The Meaning of Soul
To Be Where There’s Life
Waiting For The Rapture
The Masterplan
Songbird
Slide Away
Morning Glory
Ain’t Got Nothin’
The Importance of Being Idle
I’m Outta Time
Wonderwall
Supersonic
————————————
Don’t Look Back In Anger
Falling Down
Champagne Supernova
I Am The Walrus (The Beatles cover)

lunes, abril 27, 2009

U2
No Line On The Horizon

U2 ha vuelto, y como esas mujeres que no saben pasar desapercibidas apela a sus viejos encantos para sorprendernos una vez más. Bono lo anuncia desde las primeras líneas: “Conozco una chica que es como el mar, la miro cambiándose cada día para mí”. Justo cuando la fórmula de seducción comenzaba a exhibir alguna ligera muestra de agotamiento (“How to Dismantle...” no fue más que una eficaz secuela de “All That You Can´t...”), U2 revolvió su viejo vestuario para redescubrir las prendas que mejor supo lucir en sus años mozos y que nosotros olvidamos deslumbrados por los maquillajes con que logró encandilarnos durante los últimos 25 años.


Presuntuosos, se miran en el espejo de “The Unforgettable Fire”, obra clave y punto de intersección con sus productores estrella Brian Eno y Daniel Lanois, hoy también coautores de las canciones. La vida los juntó en plena pubertad de la banda. U2, esa misma mujer que ahora promedia los 30, parece abrevar en la fuente de su propia juventud para atravesar con aires renovados la madurez. Bono vuelve a cantar con urgencia (el track que da nombre al disco es la mejor prueba de ello). The Edge abandona por momentos su modelo patentado (detenerse en el puente que cruza “Moment of Surrender”), Larry se permite instantes de incorrección (“FEZ-Being born”) y Clayton… bueno, que sería de U2 sin esas líneas de bajo galopante.


Ahora U2 tiene sobrada confianza y sabe que puede cautivarnos con su propia esencia. No necesita tomar prestadas las mejores ropas de otros para crear un estilo innovador. "El derecho al ridículo es algo que aprecio mucho” dice Bono en “I´ll Go Crazy…”. U2 es un clásico, aunque pareciera que recién en este disco se asume como tal. Bastó con mirar alrededor y darse cuenta que ahora es el resto el que se prueba sus modelos para seducir. Ya vieron a muchos de sus clones desfilar por los escenarios en los últimos años.
Jorge Cañada

domingo, abril 19, 2009

El amuleto
Roberto Bolaño (Chile-México)
Rica en prosa y en poesía. Con un final muy emotivo, que te sacude el alma, que te hace reflexionar sobre nuestra querida Latinoamérica y su juventud. Esta novela corta del resucitado Bolaño cuenta la historia de Auxilio Lacouture, poeta uruguaya, radicada en México D.F., la llaman la madre de la poesía mexicana y lleva una vida bohemia, entre la universidad y los bares. Un hecho marca su vida y a partir de allí todas sus vivencias y pensamientos los comparará o le remitirán a dicho acontecimiento: haberse quedado sola y oculta en un baño durante trece días en la UNAM, mientras los militares la invadían en septiembre de 1968. ¿El arte salvará a nuestros pueblos? ¿Para un poeta o escritor le basta luchar con las palabras o hay que actuar como lo hizo Arturo Belano?
Paul Eduardo R.

martes, marzo 31, 2009

“Radio Ciudad Perdida”
Daniel Alarcón (Perú - USA)

Norma tiene un programa radial llamado Radio Ciudad Perdida, al cual la gente telefonea para pedir o brindar información sobre sus seres queridos, desaparecidos durante la guerra civil entre el ejército y los terroristas. Ella perdió a su esposo, Rey, hace diez años. La inesperada aparición de un niño, Víctor, le dará algunas luces sobre el paradero de su cónyuge. Su tristeza llega al máximo cuando descubre que Víctor es el hijo de su esposo, fruto de su infidelidad con una mujer de la selva, cuando él hacía sus viajes científicos combinado con sus labores de apoyo al grupo terrorista IL. Norma nunca llega a saber toda la verdad, pero acepta la idea de que Reyes está muerto cuando se entera que el ejército lo capturó en el pueblito “1797”.

Nacido en el Perú y criado en los Estados Unidos, Daniel Alarcón ha intentado abordar el problema del terrorismo que sufrimos los peruanos hace unos años. Para ello se inventó un país parecido al nuestro, con enfermedades similares: violencia terrorista, gobierno inepto, ejército cruel, torturas, etc. Si yo no fuera peruano esta obra me hubiera parecido una ficción bien escrita, de argumento rico y convincente, a pesar de algunas intromisiones reflexivas de su autor que evitan por momentos que la historia cobre vida propia. Pero lo soy, y he vivido y sufrido aquel flagelo subversivo, por lo tanto, algunas descripciones de los hechos me parecen inverosímiles y hasta cierto punto cómicas. En cristiano: no me creo el cuento.

Paul Eduardo R.

domingo, marzo 22, 2009

"Lo bello y lo triste"
Yasunari Kawabata (Japón)

Oki es un escritor cincuentón que busca revivir la relación amorosa extramarital que tuvo hace más de dos décadas con la reconocida pintora Otoko, en ese entonces una hermosa adolescente de quince años. No le será posible debido a la presencia de la bella, veinteañera e inescrupulosa Keiko -discípula y amante de Otoko-, quien está dispuesta a vengar el sufrimiento adolescente de su maestra con el arma de la seducción dirigida hacia sus dos víctimas: él y su hijo mayor.

En esta novela póstuma el gran premio Nobel japonés elabora un indestructible suspenso basado más en los sentimientos (expectativas, nostalgia, rencor, amor reprimido, insatisfacciones, celos, etc.) que en las acciones de sus personajes, con un desenlace tan desconcertante y nada especial que a primera vista pareciera no hacerle justicia a lo narrado con anterioridad por culpa de su eximia técnica narrativa que le da el toque extraordinario a cualquier historia común y corriente.

El acucioso e incisivo retrato de los pensamientos y estados de ánimo de los protagonistas, hacen de Kawabata un diestro creador, manipulador perfecto, los mueve a su antojo, ante cualquier acción una reacción y viceversa. Llama poderosamente la atención su obsesión con los paisajes, con los lugares donde se da la historia, los describe con precisión, armonía, resaltando sus atractivos, con la vehemencia de un agente de turismo, pareciera que el escritor pierde tiempo o desperdicia tinta en tantos detalles, pero en realidad, busca la identificación y el compromiso total del lector con su obra, con el espacio, el tiempo y los personajes. Un involucramiento que tenga la misma devoción que el escritor sentía por la literatura.
Henry Flores

domingo, marzo 15, 2009

Franz Ferdinand
Tonight: Franz Ferdinand

Un álbum como este, basado en las fiestas interminables, discotecas, resaca dominguera y demás postres, es tan intrascendente y superficial como cualquier concurso de belleza que corona a la Miss “Sin Cerebro” del año. Pero, si el concepto sirve de pretexto para elaborar canciones atractivas, bailables y en algunos casos sobresalientes en arreglos y ejecución, entonces, nos olvidamos del inglés y nos dedicamos a tararear y bailar.

Luego del presuroso y algo descuidado You Could Have It So Much Better (2005), los Ferdinand se tomaron su debido tiempo para ir más allá del marcado post punk de su exitoso y epónimo debut del 2004. El resultado: canciones con más disco, más dub, más pop, con apoyo de sintetizadores rusos, un bajo protagónico y el buen tino de dejar que las guitarras arremetan en los coros sin vehemencia ni distorsiones y con ánimos fiesteros.
En el primer track y single, “Ullyses”, un autosuficiente Kapranos proclama: “bien, encontré un nuevo camino, vamos no me hagas sonreír, no necesito tu simpatía”, música y letra que anuncia el derrotero del álbum. Los dos temas que siguen, ““Turn It On” y “No You Girls” (la mejor canción), comparten la fórmula del primero: un bajo al inicio que marca el ritmo sin mostrar aún la dirección, no guía, solo irrumpe, morboso, oteando el paisaje que le comienza a dibujar la batería, luego las pinceladas de sintetizador o la guitarra en la estrofa y el desborde de riffs en los coros melosos.
Esta receta se repetirá en cuatro canciones más, destacando el disco rock de “Can’t Stop Feeling”, con el peligro de caer en un formulismo que atenta contra la ambiciosa “Lucid Dreams” -cuya extensión de casi ocho minutos rellenados con teclados la hacen sonar forzada, menos digerible y menos divertida-, la desacelerada “Dream Again” y la acústica “Katherine Kiss Me” que poco aportan, pues cuando hay una buena fiesta, no queremos que acabe. Detestamos la resaca dominguera con sus amanecidas tristes y de migrañas.
Henry Flores

martes, marzo 03, 2009

MICRO RELATO
DECISIÓN Y LOCURA

Se decide a hacerlo. El rojizo brillo de sus ojos revela una firmeza que no había tenido en meses. Abraham deja de apuntarse el interior de la boca, cambia de dirección, ciento ochenta grados, frente a frente el hierro con su víctima. Sabiendo que reacciona tan rápido como él, no lo piensa ni dos segundos, dispara, dispara, dispara y dispara. El olor a pólvora en un espacio tan pequeño le sofoca. Le pica la nariz. Se calma, toma conciencia de lo que ha hecho, se decepciona, se siente idiota, un loco de mierda. Huye apresurado.

En el suelo quedan un par de casquillos muy alejados entre sí, de los otros dos ni rastro. También cientos de pedacitos de vidrio roto, aleatoriamente desparramados, que hace unos segundos formaban el único espejo del cuarto de baño. Casi todo está en orden: los cepillos, el champú, el jabón, las toallas, las lociones. La víctima, con mucho esfuerzo inútil, trata de hacerse escuchar, grita, maldice, a pesar de su resquebrajamiento corporal: ¡No puedo creer que te hayas atrevido a tanto! ¡Maldito bastardo! ¡Criminal! ¿Dónde estás? ¡Déjate ver! ¡No te imaginas lo que te espera! ¡No dejaré de atormentarte hasta que la pólvora se mezcle con tu saliva! ¡De ahora en adelante cada vez que nos encontremos te haré sentir lo desgraciado que eres, lo poco que vales, la nada que tienes, la nimiedad de tus espermas!Abraham ya está muy lejos de ahí, y así estuviera al otro lado de la habitación no podría escuchar con claridad a esa voz que pretende lacerarlo. Esa voz aún viva pero debilitada por las ráfagas desbocadas de un ser en conflicto. La víctima sigue en el suelo húmedo, sin nadie que la recoja. Ni los vecinos, ni los papás de Abraham, ni los niños, ni la chacha. Nadie sube en su auxilio. Porque a una voz desparramada en cientos de pedacitos nadie le presta atención, solo se la amontona, se la recoge y se la echa a la basura.
Henry Flores

jueves, febrero 26, 2009

R.E.M. live at Panatinaiko Stadium Athens, Greece (2008)
R.E.M. ON STAGE REVISITED

A Yolanda, sin duda alguna,
Entre la obstinación y la ternura,
Entre la obsesión y la melancolía.

Este video testimonia con fidelidad uno de los episodios del último tour mundial de Stipe, Mills y Buck. Y lo interesante y valioso de este vídeo, registro de la última escala europea (5 de octubre de 2008), es que refleja bastante bien lo que esta banda hizo una y otra vez a lo largo de los múltiples escenarios por los que exhibió un repertorio cargado de emoción y vitalidad y que, luego reeditaría con igual éxito en el segmento sudamericano de la gira.

La cámara a la altura del hombre ve pasar en penumbra a Mike Mills, con su habitual sombrero vaquero; le sigue Mike Stipe con saco oscuro, camisa rayada y corbata del mismo estilo, allí nomás, detrás de él, sale el bueno de Peter Buck ubicándose a la izquierda del escenario. Aclamación del público. Las luces se encienden, mientras las cuerdas de Buck y los platillos de Rieflin anuncian el arrollador “Living Well is the Best Revenge”, con el que se inicia ese fascinante ritual de R.E.M. sobre el escenario. Y ya desde ese arranque Stipe se muestra vital, aún cuando su voz la notamos más ronca de lo habitual, pero su entrega al público es, típico en él, incondicional y generosa. Luego, viene el hit “What’s the Frequency Kenneth?” que las cámaras registran, en planos espectaculares desde arriba, desde el público y con planos cercanos. De pronto el esperado “Drive” que nos emociona. Sí, muchachos, nadie tiene que decirles por dónde deben ir, nadie tiene que dirigirlos, manipularlos. La música de R.E.M. destila actualidad, rebeldía, sin perder su sensibilidad. Jamás llegará al vulgar panfleto, pero sí se las trae con su dureza y su ironía, cuando no con el insulto directo y sin subterfugios a quienes tienen las riendas del poder en su país.

Cuando llega “Losing My Religion” la aclamación es general, apenas se perciben sus sonidos. Sin duda, el público aquí, allá y en todas partes, actúa, siente y responde de manera similar ante aquellos temas que los ‘mass-media’ han convertido en hits. “Let Me In”, sin embargo, interpretada en un tono intimista, con la percusión ausente, y los músicos, dispuestos en círculo, tocando las acústicas. Y una vez más, de retorno al plano contestatario, a la expresión dura contra el establishment, cuando no la expresión irónica cortando como el filo de una navaja: “Horse to Water”. Y para rematar, la aplastante “Orange Crush” y una alusión al agente cancerígeno que usaron los americanos en Vietnam. Pero, luego, el tono amable se instala una vez más en el escenario con “Imitation of Life”. Amable sí, pero sin perder de vista la mentira que vivimos, el cine de Hollywood y su imitación de la vida, la farsa, la ficción.

El encore, compuesto de tres temas: “Supernatural Superserious”, “It’s The End of The World” y “Man on the Moon”, no hizo más que confirmar lo que R.E.M. hizo a lo largo del concierto: mostrar que es una banda que se encuentra pasando un gran momento, que su música –sin dejar de conmovernos por la riqueza de sus sonidos- está concebida para inquietarnos, movernos, apelando a la emoción, a nuestra sensibilidad de melómanos, pero también a nuestra condición de seres inteligentes capaces de cambiar el estado de cosas en el que vivimos.
Rogelio Llanos Q.


miércoles, febrero 18, 2009

BRUCE SPRINGSTEEN

WORKING ON A DREAM (2009)

“Working on a Dream” pudo ser el slogan perfecto de la campaña de Obama, no sólo porque 45 años después retoma desde la retórica el histórico discurso de MLK que el nuevo hombre fuerte de la Casa Blanca parece encarnar mejor que nadie, sino también porque describe ascéticamente la misión que le cabe al nuevo presidente de los EE.UU., obligado por las circunstancias a reconstruir el tan mentado sueño americano. Bruce Springsteen vio y describió como pocos los millones de traspiés que el “american-way-of-life” acumuló en las últimas cuatro décadas. Desde los albores de los 70´ viene retratando a los antihéroes de la Norteamérica profunda que han sufrido en carne propia las inequidades del “sistema”. “Working on a Dream”, su nuevo disco, abre y cierra con la historia de dos de esos clásicos personajes que suelen poblar sus discos, la épica “Outlaw Pete” (algunos pretenden ver un plagio a “I was made for loving you” de KISS) y “The Wrestler”, una pieza devota de discos más introspectivos y acústicos como “Nebraska” o “The Gosth of Tom Joad”.

La vuelta a escena de la E Street Band se evidencia en himnos de estadio como “Lucky Day”, donde resurge con brío el espíritu de “Born in the USA”, en cambio “This Life” y “Queen of the Supermarket” rinden respetuoso tributo a Brian Wilson y Roy Orbison respectivamente. Luego, un blues de estirpe Missisipi como “Good Eye” y otra sentida despedida a un amigo (RIP Danny Federici, tecladista de la ESB) en “The last Carnival” hacen que, aún con pocos matices, este sea uno de sus discos más versátiles.

Así como “The Rising” fue la catarsis del 9-11 y “Magic” anticipaba el desastroso final de la era Bush, “Working on a Dream” funciona como un esperanzador intento por disipar la oscuridad que hoy amenaza con envolver al mundo tal como lo conocemos desde la caída del Muro de Berlín. Al fin y al cabo, la belleza está esperándonos en un mundo donde todo lo que deseamos está al alcance de nuestras manos, canta Bruce en “Queen of the Supermarket”.
JORGE CAÑADA

lunes, febrero 09, 2009

AMANECIENDO

Faltan dos minutos. Pasaron siete u ocho horas, perdí la cuenta. Ella sigue tendida, imperturbable, respira tan bajito que se puede escuchar al perezoso viento del parque. El mundo no importa, la ciudad comienza su rutina, rutina limeña, rutina vieja, podrida, autómata, fagocitaria, miles de personas atrapadas. Ella sigue en su lecho, ojalá podamos compartir uno algún día, nuevo, de los dos, caliente y acogedor, que sea cómplice de sus saltos de alegría y me permita cobijarla mientras vemos alguna película de amor, acción o misterio.

Falta un minuto. ¿Qué pasará más tarde?, ¿se pondrá contenta?, ¿dejará la nostalgia al menos por un día?, ¿se aburrirá mientras espera a un rostro que le sonría? Sus sueños ya se desvanecen y no la llevaron anoche a ese lugar donde fue muy feliz, que añora, feliz y desgraciada, tierra paisa, su niñez pasó volando, mujer nonata, inocente y culpable, querida y desechable, amada y maltratada. A la tierra del polvo blanco y la violencia, chicas hermosas, canciones habladas.

Ella se despierta, extiende sus bracitos, sin querer toca la pared, lo real es limitado, lo sueños no; extiende sus piecitos, se escapan de las sábanas, el mundo parece pequeño cuando nos alimenta el amor. Una ligera sonrisa comienza a tomar forma, mejías rosadas, hoyuelos simétricos, coquetos, pupilas de miel, pestañas desperezadas, arqueadas, ojos que dan la bienvenida. Amaneció pensando en mí, sí, en mí.

Henry Flores

martes, enero 27, 2009

En octubre no hay milagros (1966)
Autor: Oswaldo Reynoso (Perú)
Novela impactante con buen manejo de la prosa, mezclada con jergas y algunas incursiones poéticas que hacen apetitosa su lectura. Reynoso logra que la podredumbre y los malos hábitos de una ciudad (Lima) y sus ciudadanos suenen a poesía, sin por ello quitarle lo sórdido e indecente, todo lo contrario, sus palabras bien escogidas, a veces caóticas, sirven para describir a la perfección el caos reinante de la sociedad que retrata, su decadencia, su mugre, sus peligros, sus injusticias. La clase pobre y la clase alta son “revisadas” paralelamente y con algunos saltos en el tiempo: la historia de Don Lucho y su familia, quien busca casa desesperadamente ante el inminente desalojo de su departamento que será demolido para construir nuevos edificios, propiedad de Don Manuel, millonario político gay y “dueño del Perú”. Obra imprescindible en la literatura peruana contemporánea.
Paul Eduardo R.

miércoles, enero 21, 2009


COLOR DE ROSA

(Alejandro Romualdo)

Si pintaras mi país color de rosa
serías un gran pintor para ellos.

Si tus pinceles pasaran sobre mi país
con el color de los sueños
de los sueños color de rosa
si tus pinceles pasaran sobre mi país,
tranquilamente, como la brisa de la playa
de la arena color de rosa,
y pintaras los árboles y el cielo
color de rosa
y la tierra robada
color de rosa
y mi casa y mi corazón
color de rosa
serías un gran pintor para ellos.

Pero no pintes con un solo color de rosa
las llagas de mi pueblo.

Que tus pinceles pasen sobre mi país
ásperamente, como los vientos de la sierra,
de la sierra color de furia
y que pinten los árboles y el cielo
color de rabia,
y la tierra robada
color de llanto
y mi casa y mi corazón
color de fuego,
color de combate,
color de esperanza.

lunes, enero 12, 2009

A propósito de una nota de homenaje
TRAS LAS HUELLAS DE CONSTANTINO CARVALLO

Para hoy domingo tenía programado efectuar algunas tareas relacionadas con los proyectos en los que estoy comprometido. Algo avancé ayer, con lo cual encontré la justificación suficiente para olvidarme de mis obligaciones de hoy y entrar a Internet a investigar, una vez más, sobre Constantino Carvallo, filósofo, educador y crítico de cine entre otras títulos que, seguramente, en su modestia innata y auténtica (a tenor de quienes lo conocieron de cerca), habría rechazado por lo pomposo que pudiera parecer o sonar.

Pues bien, encontré una nota redactada en homenaje a él, por Nicolás Tarnawiecki, filósofo también, antiguo alumno de Constatino, y luego compañero de carpeta en la Universidad Católica y, finalmente, colega, en el colegio Los Reyes Rojos, que Constatino dirigió en el Barranco de Eguren.

Podría haber recurrido al fácil expediente de adjuntar la nota o dar la dirección electrónica para que los interesados entraran y leyeran el texto muy sentido que el autor dedica hacia el amigo ausente, y escribir sobre algún tema de actualidad pero, tratándose de un artículo sobre Constantino, el amigo que no conocí, prefiero utilizar mis palabras para dar cuenta, a través del comentario de la referida nota, de algunos hechos que contribuyen a enriquecer la imagen del hombre bueno y justo que fue Constantino Carvallo.

Está pendiente aún la nota que me he propuesto escribir abarcando no sólo la trayectoria de Constantino como educador, sino también la del crítico de cine que destilaba pasión por las películas y erudición. Reitero, esa nota está pendiente y estoy documentando mis archivos para hacerla con el conocimiento debido y, claro está, con el afecto creciente por una persona que dedicó su vida a moldear –con respeto y amor- aquella materia sensible y delicada como es la niñez y la juventud. Su libro El Diario Educar es absolutamente revelador de ese noble quehacer.

Lamento, sí, que la nota de Tarnawiecki: La Despedida de un Maestro: Constantino Carvallo, no esté bien escrita. Fue incluida en .edu, publicación de la Pontificia Universidad Católica del Perú y, se aprecia con meridiana claridad que allí faltó un editor, Sin duda, la nota transmite afecto, gratitud y emoción y, en honor a ello, es digna de ser tomada en cuenta, pero, como debe ocurrir con todo material destinado a la imprenta, debió ser revisado y corregido. No pretenderé en este texto señalar los errores, porque no quiero extenderme en una nota que, por lo demás, se plantea un objetivo distinto. Rescato, entonces, algunos aspectos y anécdotas que allí aparecen.


Cuenta Tarnawiecki de las asambleas que se desarrollaban en Los Reyes Rojos en las que estaban presentes desde los más pequeños hasta los mayores. Sin duda, y eso lo documenta bien Constantino en su libro, una de sus grandes preocupaciones fue la integración. Allí, en su colegio, el blanco y el negro, el bajo y el alto, el creyente y el no creyente, el rico y el pobre, tuvieron su espacio, tuvieron voz, tuvieron afecto. Me habría gustado que Tarnawiecki hubiera profundizado en la naturaleza de esas asambleas, pero prefiere cambiar de tema y contar aquella anécdota en la cual Constantino interpelaba, de manera ‘sui-generis’, a los alumnos que iban a pasar de la primaria a la secundaria, como cuando le tocó evaluar a los más ‘chancones’ pidiéndoles que bailaran una lambada para ver cómo enfrentaban tal desafío. Sonrío en este momento porque habiendo sido yo un ‘chancón’, maldita la gracia que me habría hecho rendir tal prueba. Constatino poseía una mentalidad que estaba más allá de las ortodoxias y formalismos mutiladores de la educación tradicional.
Y cómo no mencionar ese párrafo del texto de Tarnawiecki donde habla de aquellos gustos y preferencias musicales que yo al compartirlas, al saber que también son las mías, me alegra y emociona porque esa música que disfruto cada día, los libros en los que me sumerjo cada noche o las películas por las que me apasiono, se convierten ahora, además, en una suerte de recuerdo y homenaje particular y permanente a este hombre sabio, al maestro que nunca abandonó su hermosa tarea de educar. Recuerda, pues, Tarnawiecki “el equipo de sonido de su camioneta donde escuché por primera vez a Bob Dylan, Leonard Cohen, y a Lou Reed cantar “Walk on the Wild Side”; una vez que nos invitó a su casa en Chorrillos, donde pensé: “Además de estante de libros, tiene estante de discos”. En retrospectiva diría que le agradezco, no tanto la música que nos mostró, los libros que nos hizo leer o su fascinación por el cine, sino las ganas que nos transmitió de disfrutar de estas cosas.”

Luego de contar otras reconfortantes experiencias que vivió al compartir carpeta con Constantino en la Universidad Católica, Tarnawiecki concluye su nota expresando su gratitud por enseñarle a pensar en sí mismo y en el hombre y a amar la vida. Lástima, a Constantino la vida se le acabó muy pronto, apenas a los cincuenta y cinco años, pero, sus textos, su historia, su entrañable historia sembrada de anécdotas en las que se entremezcla el humor y la amabilidad, la tolerancia y la ternura, contada por aquellos que lo conocieron o que trabajaron en su entorno, revelan al hombre bueno, sensible y generoso que fue. Que Constantino siga viviendo en el corazón de quienes deseamos un mundo más solidario y más justo.
Rogelio Llanos