viernes, octubre 29, 2010

DISCOS Y OTRAS PASTAS 37: nueva edición

Otra vez estamos de vuelta. Este es nuestro menú:
1)Una pequeña crónica del concierto que Green Day ofreció en Lima.
2)La última película de Brian de Palma
3)Videojuegos como Fifa 11, No More Heroes 2 y el genial Súper Mario Galaxy 2.
4)El regreso de Soundgraden
5)Libros.

Pueden descargar la revista en este enlace:
http://www.megaupload.com/?d=H8GYJPHO

Nota: si deseas que reseñemos algún disco o libro tuyo, o pasarnos la voz sobre algún festival o colaborar con algún escrito, no dudes en escribirnos a otraspastas@gmail.com

jueves, octubre 28, 2010

Y LIMA TUVO SU DÍA VERDE
GREEN DAY EN LIMA – ESTADIO SAN MARCOS, 26.10.2010
Un gran bacanal y mucha generosidad. Son las primeras palabras que se me ocurren para describir el concierto que nos ofreció Green Day. Y es que, lo que  pasó entre el trío californiano y  sus 40 mil fans fue una orgía de punk rock que será recordada por mucho tiempo. Más de treinta canciones en casi tres horas, cinco fans invitados al escenario por Billie Joe, bastantes regalos lanzados al público y una banda incombustible y dadivosa que se dio al máximo, con un gran frontman que supo arengar, cortejar y manejar a su antojo a los miles que padecemos de fiebre punk.

Antes que empiece todo, como a las 7:30 pm, Billie Joe nos tomó por sorpresa al caminar por el escenario como un técnico más. La masa que recién se estaba aglomerando tuvo su primer grito de euforia, nuestro entusiasmo y ansias se triplicaron. Hora y media después reventó el chupo con "Song of the Century" y “21st Century Breakdown". A partir de ahí Green Day  fue como un bombardero (como el perrito del Dookie) y sus canciones se convertían en ataques certeros contra la rutina y la calma, y hacían que miles de cuerpos saltaran, pogeran y gritaran como posesos al compás de sus hits del nuevo milenio como "Holiday", "American Idiot", “Jesus of Suburbia” o "Give me Novacaine", y de noventeras como “Burnout", "She”, “Basket Case” o “Hitchin’ a ride".


Uno de los tantos ‘highlights’ de la noche, se dio cuando Billie propuso una canción no tocada hasta ese momento en la gira sudamericana, apenas sonaron los acordes de “Welcome To Paradise” San Marcos se volvió un manicomio. Por mi zona armé un pequeño pogo que a los tres segundos creció monstruosamente y casi me pasa factura cuando un tipo presa del deliro me hizo volar con un empujón de 100 newtons. Diversión y dolor. Un concierto donde compruebas en carne propia aquella frase popular: “Se sufre, pero también se goza”. Luego, el cantante, muy generoso, le regaló una guitarra a un fan que le ayudó a cantar “Longview”, sin duda el más envidiado de la noche. Yo envidié más a otro muchacho que tocó “Going to Pasalacqua” con la mismísima guitarra con la que se grabó el Dookie, envidia sana porque su emoción la hice mía. 
La banda supo mantenernos en constante ebullición. Creo que Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool se alimentan con maca y kiwicha, ¡porque no mostraban señales de agotamiento!, en cambio nosotros con la lengua afuera, y  bendecíamos a Billie cada vez que nos refrescaba con una gran pistola de agua. Un huracán californiano del que nadie se libró. Y para terminar, la calma acústica con "Christie Road", "Wake Me Up When September Ends" y "Good Riddance (Time Of Your Life)". Fin de la noche verde. Quedé con el cuerpo magullado y la garganta inflamada, pero empachado de aquella felicidad y libertad adolescente que alguna vez tuve, cuando no tenía que trabajar para vivir, solo estudiar y escuchar harta pero harta música, y entre aquellas canciones que sonaban en mi walkman estaban las de este trío. Gracias Green Day por los viejos y nuevos buenos tiempos.
 HENRY FLORES

domingo, octubre 17, 2010

STONE TEMPLE PILOTS 
“STONE TEMPLE PILOTS” (2010)


Cuando los Stone Temple Pilots debutaron con Core (1992), la prensa musical los acusó de ser copias de Pearl Jam y Alice In Chains, pero gran parte del público los consideró como una de las mejores propuestas de toda aquella explosión musical noventera que se conoció como grunge. Con los años los STP demostraron que su música no obedecía a ninguna moda o circunstancia y que su amor por el rock clásico era el derrotero de su música. Ahora, después de nueve años del Shangri-La Dee Da (2001), los tenemos de vuelta con nuevo material discográfico, el sexto en su carrera, su álbum epónimo.

Stone Temple Pilots no es solo el típico álbum del retorno. Se llama así porque este cuarteto quiere convencerse (y convencernos) de que aún sigue siendo una banda de rock a pesar de su actual modus operandi: cuatro tipos que dejaron atrás sus riñas y que saben que la convivencia no es como antaño, ahora graban en estudios separados y cuando se juntan para los conciertos se muestran los avances de las nuevas canciones en los camerinos, en formato acústico. Este “juntos pero no revueltos” es mejor que andar en problemas. Sobre todo por Scott Weiland (cantante y letrista), cuya fuerte personalidad marcada por el abuso de la heroína (ahora ya rehabilitado) fue el principal obstáculo a que la banda alcanzará la estratósfera en sus mejores momentos. ¿Y funciona o no? ¿Convencen las nuevas canciones o se escuchan forzadas y sin la magia de antes?
Para empezar, la producción estuvo a cargo de los hermanos Robert y Dean Deleo (bajista y guitarrista). Por primera vez prescinden de los servicios del productor Brendan O’Brien. El resultado: muchas canciones hard rock deudoras del rock setentero ("Bagman”, “Hazy Daze”), la sicodelia (“Hickory Dichotomy"), también algo de los 60’s (la pegadiza “Cinnamon” o "Maver", que sabe a The Beatles con guitarra harrisoniana incluida), y otras de melodías más reposadas y con aires country (“First Kiss on Mars”), algunas mejor arregladas que otras.

Al no haber un productor que los “obligue” a estar juntos en el proceso creativo, las canciones se han construido de acuerdo a la buena voluntad y disposición de cada miembro, quizá la única manera de hacer que fluyan y suenen natural, pero que no ha impedido que algunas de ellas se parezcan a los proyectos alternativos que han tenido antes del reencuentro; por ejemplo “Take a Load Off” y “Huckleburry Crumble” recuerdan a Velvet Revolver (banda que tuvo Weiland con algunos ex Guns N’ Roses) y muchos riffs dispersos en el disco nos llevan a Army Of One y Talk Show (combos que formaron los Deleo con el baterista Kretz). Estos proyectos en su momento gozaron de saludable actividad artística y comercial pero nunca convencieron del todo. Quizá Stone Temple Pilots también sirva para el drenaje de antiguos efluentes creativos y se convierta en el álbum bisagra de una banda que ha renacido para reivindicarse de un pasado víctima del “fuego amigo”. Y si también ayuda a pagar las cuentas en casa, mucho mejor.
HENRY FLORES

viernes, octubre 08, 2010

MARIO VARGAS LLOSA: Premio Nobel de Literatura 2010

¡Muchas gracias maestro! El PERÚ y el mundo están de fiesta.

viernes, octubre 01, 2010

DISCOS Y OTRAS PASTAS 36

Disfruten nuestra nueva edición:
Karen Elson, rock peruano clásico, el videojuego de Spider- man y mucho más.
Lo pueden descargar en este enlace (menos de 1 MB)
Nota: si deseas que reseñemos algún disco o libro tuyo, o pasarnos la voz sobre algún festival o colaborar con algún escrito, no dudes en escribirnos a otraspastas@gmail.com