viernes, julio 25, 2008

R.E.M.

Accelerate
El mérito de esta placa está en haberse convertido en el vehículo que necesitaba esta banda para salir del estancamiento creativo y comercial, que tuvo su bache más profundo con el insípido y vilipendiado Around the Sun (2004). ¿Cómo lo lograron? Pues mirando hacia atrás y sin correr muchos riegos. A lo básico, a lo que hace grande a un trío: potencia y contundencia. Las canciones fueron saliendo mientras estaban en la carretera, como en los viejos tiempos pre multiplatinos, incluso ensayándolas en vivo. Ahí estuvo la clave. Sin muchos adornos por falta de un estudio de grabación, Buck (guitarra) y Mills (bajo) optaron por llenarlas con acordes saturados de distorsiones valvulares; a Stipe solo le quedo seguir el arrebato de sus compinches y hacer catarsis con sus letras, incluyendo algunas “caricias” contra el gobierno: “La batalla se ha perdido, la guerra no está ganada…el país está en ruinas” .

Son once tracks que en total no sobrepasan los cuarenta minutos, “de lo bueno, poco” como reza el dicho. Ocho de ellas arropadas con power chords. El single “Supernatural Superserious” infecta con sus riffs rollingstonianos y “Horse The Water” sorprende con su furia punk. Ni la balada “Hollow Man” se salva de los overdrive. También hay lugar para las guitarras acústicas, con mayor presencia en los temas más oscuros: las lentas “Houston” y “Until The Day Is Done”. Coincidimos con muchos medios cuando califican a este álbum como el mejor desde la salida de Berry (baterista). No sonaban tan potentes desde el glorioso Monster (1994), y aunque no han sido tan arriesgados como en New Adventures in Hi-Fi (1996), nos han dado nuevas expectativas sobre su derrotero creativo.
Paul Eduardo R.

"Supernatural Superserious":

martes, julio 15, 2008

Unipersonal de Hernán Romero
(sábado 12 de julio – Iglesia Presbiteriana de Pueblo Libre)

LA PALABRA SOLA

Hernán se asoma sigilosamente, silueteado por el claroscuro del lugar. Está en el altar, que por esta noche será su escenario, su lugar dónde servirá a Dios con lo que más le gusta hacer. Se acerca a la mesa, enciende una vela y abre una Biblia de cubierta marrón. Con sus llamativos ojos claros, que se oponen a su vestimenta negra, mira a su público, luego mira por un segundo hacia arriba, como asegurándose la venia del Todopoderoso y su inspiración divina. Comienza su relato.

“La Palabra Sola” es un unipersonal, a cargo del reconocido actor Hernán Romero, que consiste en narrar todo el evangelio de San Marcos, con algunas dramatizaciones que le dan el saborcito a pieza teatral. El actor no pretende dialogar con su público, deja que sea la palabra de Dios quién dialogue con el corazón del oyente, que lo conmueva y lo anarquice, que le sirva de espejo para el alma.

Durante casi dos horas Hernán se deja poseer por una legión, no de demonios, sino de variopintos personajes que en aquellos tiempos fueron los protagonistas de esta fabulosa historia del amor de Dios por los hombres. Con mucho talento y experiencia confluyen en él desde un Jesús sensible y enérgico hasta el mismo Dios proclamando la legitimidad y el poder de su Hijo, o un Pedro sincero y proactivo aunque de torpe hablar, o los enfermos y hambrientos desesperados por un milagro. También hay lugar para los villanos como los viejos fariseos hipócritas que planean celadas contra el Señor, los saduceos y sacerdotes de voces chillonas, o los espíritus malignos aterrorizados ante el poder del Hijo.

Además de escuchar la preciosa Palabra de Dios, esta obra le permite al espectador vivir parte de la experiencia de las primeras comunidades cristianas de hace dos mil años, cuando esa era la principal forma cómo se aprendían las Escrituras: la trasmisión oral inspirada por el Espíritu Santo. Así el público haya o no leído a San Marcos, “La Palabra Sola” funciona como una aproximación dinámica y efectiva del evangelio que no lo dejará indiferente.

El inmejorable final de esta historia: Jesús, resucitado y glorificado, sentado a la diestra de Dios. Hernán visiblemente agotado se acerca a la mesa, con el mismo sigilo que tuvo al inicio cierra la Biblia y con soplo trajinado apaga la vela. Los aplausos son para Dios y para él. La Palabra ha sido predicada y no volverá vacía.
HENRY FLORES
Agenda del unipersonal:
info@sociedadbiblica.org
Tel. 916366307 - 9163663

Henry junto a Hernán