jueves, octubre 18, 2007


Kings Of Leon
(segunda parte)

INICIO DE LAS BUENAS NUEVAS
Un par de hechos importantes en el 2002 marcarían el inicio de sus ascendentes carreras musicales. Uno relacionado con los directivos de la RCA, quienes les dan su primer contrato discográfico. No está del todo claro los antecedentes ni las condiciones del acuerdo, pero la multinacional acertó. El segundo acontecimiento es el más trascendente, su encuentro con el experimentado Angelo Petraglia -productor y compositor de artistas sureños como Martina McBride y Trisha Yierwood-, quién a partir de ese momento se convierte en una especie de mentor o gurú para la banda, y pieza clave en el sonido a desarrollar. Angelo se dio cuenta de inmediato del talento de estos chicos y de sus apetitos voraces por descubrir cosas. Fue el responsable de añadir al country folk de los Followill, sonidos más crudos y potentes como el blues rock, el garage y el punk. Como si mezcláramos a The Band y The Byrds con los Rolling Stones y The Stooges.





Los Kings debutan con el EP Holy Roller Novocaine en febrero de 2003. Son cinco canciones compuestas por Caleb, Nathan y Angelo, que van desde las aceleradas blues rock de Molly’s Chamber hasta los reposados aires folk de Wicked Chair. La crítica inglesa se generó altas expectativas por el inminente primer larga duración, las cuales se vieron materializadas seis meses después con Youth & Young Manhood y su más de medio millón de copias vendidas en pocas semanas en el Reino Unido (se mantuvo en el top 10 durante 3 meses). Consiguen llamar globalmente la atención de la industria musical y de millones de melómanos, muchos gratamente sorprendidos, y algunos con cierta desconfianza ante un posible bluff circunstancial con la oleada de bandas del llamado “nuevo rock” (The White Stripes, The Strokes, etc). De la noche a la mañana, Nathan de 23 años, Caleb de 21, Matthew de 19 y Jared de 16, se convierten en los rock stars más jóvenes del momento.
(...continuará)

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