martes, junio 02, 2009

ANDRÉS CALAMARO - Obras Incompletas (La”caja”)
En busca del tiempo perdido



¿Cómo abordar esta obra inconmensurable (e Incompleta!) que escapa a todo parámetro conocido hasta ahora para el “Rock en Castellano”? No se trata de un “simple” ejercicio compilatorio de alcances enciclopédicos. La monumentalidad no lo es todo aquí. Que la Caja no tape las Canciones.

El almanaque dirá “1997-2007”, apenas el tiempo transcurrido entre “Alta Suciedad” y “la Lengua Popular”. Si aún sigue en pie aquello de qué veinte años no es nada, habrá que acordar que aquí la mitad de tiempo alcanzó para mucho. Esta no es una Década Perdida. El hecho artístico sigue girando en torno al tándem “Honestidad Brutal – El Salmón”. Vigilia creativa sin precedentes que alumbró de parto natural varios cientos de canciones durante la primera mitad del decenio en cuestión. El resto es la crónica de un “regreso” con gloria.

Es aquella catarsis compositiva lo que subyace en el interior de este box set excediendo el mero acopio de éxitos o la exuberancia sin concepto. Ristras de canciones que por años pendieron de blogs, Webs y otros reductos cibernéticos, decantaron sabiamente para ver la merecida luz del día (vaya paradoja si reparamos en su inescindible esencia noctámbula).

Recurriendo al léxico taurino, tan afín a la dialéctica de Andrés, podríamos separar “La Caja” en tercios. Tres primeros discos que prueban la contundencia de la obra, lo que Calamaro llama “contenidos oficiales” no es más que un incontenible aluvión de piezas que todos hemos oído al menos una vez. Siguen otros tres discos pletóricos de demos, rarezas y covers (deleite de todo fan). La estocada final queda a cargo de las imágenes. Dos DVD’s y un libro donde el propio músico y su entorno comentan, con gratitud y un dejo melancólico, cada una de las 109 canciones. Muy buena Faena, orejas y rabo para el matador.


Puesta en escena del enfrentamiento del hombre con el infinito, La Caja es una suerte de Aleph, el punto que contiene todos los puntos del universo Calamaro. Está el Andrés que con desenfado revisita su etapa de Abuelo recién jubilado gritando a los cuatro vientos que está “loco por ti”, el que se quita las esquirlas de las Guerras Charlystas (“Flaca”), el Rockero inspirado y vertiginoso de “Cuatro Jinetes” (“...uno de los mejores rocks de menos de dos minutos…”, según su propio dictamen), el enigmático y claustrofóbico de “Rivothriller”, el que dispara himnos inmortales (“Paloma”), el que se codea con lo más mentado del flamenco y el cante jondo (“Estadio Azteca” y “La Ranchada de los Paraguayos”), y el porteño nostálgico y redimido (“Nostalgias”, “No tan Buenos Aires” y “Cafetín de Buenos Aires”).

¿Qué vendrá luego de esta suerte de testamento en vida? Por lo pronto su última grabación conocida fue el fruto de una reunión con los músicos de su primera banda: RAÍCES. (Referencia circular o cómo el Salmón se muerde la cola). ¿Simple coincidencia o tautológica señal de regreso a las fuentes?
Jorge Cañada

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola soy de Ecuador...ok... tengo alquien en BA y quiero aprovechar eso para que me compre la caja de Calamaro...algun lugar especifico q me puedas recomendar donde la pueda encontrar???
gracias!

HENRY FLORES dijo...

hola , te recomiendo que los compres en las tiendas de MUSIMUNDO. Estàn por todo Buenos Aires (Corrientes, Florida, etc)
puedes chequear el precio en:
www.musimundo.com.ar

saludos