viernes, junio 13, 2008

MEGADETH EN LIMA – EXPLANADA ESTADIO MONUMENTAL, 11 JUNIO 2008

“¡Más volumen pa’ los pobres!”

Si estuviéramos en los noventas, les juro que hubiera disfrutado plenamente este concierto. Dos razones de peso:

1) No estaría trabajando de lunes a sábado de 7 a.m. a 3 p.m. Por lo tanto no iría cansado al evento, ni preocupado por levantarme temprano al día siguiente. Porque esos dos estados se multiplican por cien (agobiando y desanimando) cada vez que se hace algo en la explanada del Estadio Monumental, es el peor lugar para un concierto de esta magnitud, no hay asfalto, pura tierra, queda recontra lejos del centro de Lima, y después de las 10 p.m. encontrar un taxi o combi se vuelve más difícil que hallar el santo grial.

2) Megadeth estaría con su mejor formación (Friedman, Ellefson), y la voz de Mustaine sería perfectamente gutural, no el remedo que se escuchó el miércoles último.

Digamos que disfruté a medias las casi dos horas de riffs demoledores, machacantes, perfectamente sincronizados y a velocidades superiores a la de un pedo. Y es que MEGADETH como combo instrumental aún funciona y da batalla, los “nuevos” integrantes (Chris Broderick en guitarra y James Lomenzo en el bajo) son virtuosos y se saben toda la enciclopedia de los temas clásicos de la banda. Dave Mustaine a pesar de la parálisis que lo aquejó en uno de sus brazos hace algún tiempo, luce completamente recuperado, y masturba frenética y compulsivamente el mástil como en sus años mozos. Así quedó demostrado desde al arranque con “Sleepwalker” (de su último disco United Abominations), un remozado trash metal que sirvió de intro a la oleada de clásicos como “In My Darkest Hour”, “Hangar 18” , "A Tout le Monde" o la imperecedera “Symphony of Destruction”.

El público se portó a la altura de las circunstancias, era el verdadero bautismo metal (con una banda gigante, trascendente e influyente) del público limeño, así que los miles de congregados se portaron como debía ser: coreando, saltando, pogueando, sacándose la mierda e intentando romper las vallas de seguridad para acceder a mejores ubicaciones. Las melenas revoloteaban como látigos y los gritos en plan karaoke te hacían olvidar por ratos que el pobre Mustaine sudaba la gota gorda con sus cuerdas vocales.

Mi ticket era el más barato. Por mi zona no llegó el nivel respetable de decibeles que los fanáticos reclamaban. El mejor recuerdo que guardo de aquella noche no son las pantallas gigantes que mostraban a Mustaine como un dios del metal, ni las palabras en español que dijo o la sinergia con la gran masa extasiada. Lo que suena hasta ahora en mi mente son las palabras de un anónimo fan que desde lo más lejos del escenario se desgarraba gritando: “¡más volumen pa’ los pobres!”, poniendo la anécdota que faltaba, un genio el tipo.
HENRY FLORES
Megadeth: Symphony of Destruction:

1 comentario:

AdrianO dijo...

jajaja ... puta lo mismo me paso en Bjork