miércoles, enero 20, 2010

19 de enero de 2010-Estadio San Marcos
METALLICA DESTRUYÓ LIMA

No soy devoto del trash metal, ni tampoco un metalero común y silvestre, pero, puedo decir, totalmente convencido, que el concierto de Metallica ha sido uno de los mejores que he disfrutado, y que el año nuevo recién comenzó para mí el 19 de enero. Metallica literalmente ¡me sacudió las vísceras! Estos cuatro jinetes me llevaron a su antojo por su sincronizada y salvaje montaña rusa hecha de acordes furiosos, abrasivos y eternos.

Las nueve y media de una noche súper especial y el arranque atronador con “Creeping Death” nos encontró saltando y gritando, la euforia desde el primer riff, la locura siguió con “From Whom The Bell Tolls”, el desenfreno total con “Fuel” y “Harvester of Sorrow” y aquella muchacha quitándose una parte de la blusa para mostrarme su seno derecho mientras pogueábamos. Inmejorable comienzo. El pequeño “descanso” con “Fade To Black” dio paso a la presentación del benjamín discográfico Death Magnetic, con contundentes directos como “That Was Just Your Life” , “The End of The Line” o “Cyanide”, filtrándose entre ellos la conocida “Sad But True”. James, Lars, Kirk y Robert lucían como unos Trolles capaces de arrasar con un estadio vivo de 50 mil almas.

En los conciertos, los momentos más memorables se dan cuando se tocan los clásicos. Casi todas las bandas saben darle el gusto a sus fans intercalando o espaciando sus hits con canciones menos conocidas a fin de aumentar la expectativa y generar explosiones de júbilo en su debido momento. Sin embargo, lo que hizo METALLICA, ¡lo que nos hizo!, no solo fue una muestra de gran generosidad, fue un aluvión, un tsunami, un cataclismo: alrededor de las diez y veinte el estadio de San Marcos fue el epicentro de cinco terremotos seguidos. El saldo: harta masa encefálica desparramada por la ametralla de guitarras y batería de “One”, miles de cuerpos magullados, adoloridos y felices de tanto pogo brutal con “Master of Puppets”, “Battery” y “Enter Sandman”, y muchos corazones mortalmente heridos por los conmovedores arpegios de “Nothing Else Matters”.

Los cuatro guerreros se retiran orgullosos de la destrucción masiva que han perpetrado y cual súper héroes regresan para rescatarnos con “Am I Evil?”. James pregunta “¿quieren más?”, somos adictos, ¡queremos más!, “una más, se lo merecen. Después de 29 años estamos en Lima. Este es el concierto más largo”, vino “Blackened” y para rematarnos nos inyectaron “Seek And Destroy”, directo a la sien. Luego, se desprenden de sus instrumentos, nos observan felices, nos dicen que “somos de puta madre” (¡gracias Trujillo!), nos regalan púas y baquetas, les decimos que los amamos y las pocas fuerzas que nos quedan son para aplaudirlos y vitorearlos. Se despiden y nosotros emprendemos el retorno a casa, a curarnos las heridas físicas, más no las de la mente y el corazón. Metallica nos ha marcado.
HENRY FLORES


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