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En este blog, encontrarás críticas de discos de ROCK y otras cosas que se me antojen escribir.
Si fuiste un chibolo roquero, onanista, lleno de acné, loser, chancón (nerd) y demás pastas, no negarás que el Dookie fue uno de tus más queridos tesoros musicales, porque te acompañó, como buen amigo, muchas de tus aventuras y desventuras en los entrañables noventas. Al menos para mí y muchos de mis compinches lo fue.
Esta pieza adolescente fue clave para traer de vuelta o rescatar de su encasillamiento idealista al punk a una escala a nivel mundial. Todo un éxito comercial y musical. Dookie no tiene rastro alguno del compromiso político de The Clash, ni la rebeldía contracultural, autodestructiva y anarquista de los Sex Pistols, pero felizmente heredó el espíritu pop de los Ramones, es decir, pura crispación adolescente
manifestada a través de canciones cubiertas con epilépticos power chords, que representó a millones de jovencitos nihilistas (a los que todo les llega al “nabo”), preocupados más por lo que pasaban en la TV, el despertar sexual, las chicas, los problemas existenciales (¿porqué nací con esta cara?) o perdiendo el tiempo haciendo tonterías.
Ahora que han pasado casi catorce años desde aquella bomba arrojada por un perrito piloto sobre una caótica ciudad, te invito a que escuches de nuevo este viejo casete o CD, te divertirás de nuevo y hasta harás uno que otro deja vú. Luego piensa bien si aún te identificas con esto, si no es así, felicitaciones por la madurez y la seguridad alcanzada con los años, y si es todo lo contrario, pues ¡felicitaciones!, es el milagro del rock n’ roll, ¡joven por siempre!.